Al menos ocho personas murieron y
más de mil resultaron heridas este martes por la explosión de numerosos beepers
en varios puntos del sur del Líbano, el oriental Valle de la Bekaa y los
suburbios meridionales de Beirut, todas ellas regiones controladas por el grupo
chií Hezbollah.
Las explosiones ocurrieron en
múltiples ubicaciones del Líbano y Siria, y generaron pánico y caos mientras
las autoridades locales y hospitales luchaban por atender a los heridos y
solicitaban donaciones de sangre, en lo que se considera la mayor falla de
seguridad contra el grupo en casi un año de conflicto con Israel.
Hezbollah confirmó en un comunicado
que tres personas, entre ellas una niña, murieron en las explosiones.
Reuters informó que un miembro de
Hezbollah, hijo del parlamentario libanés y miembro del grupo terrorista Ali
Ammar, murió en una de las explosiones, y una niña de nueve años,
Fatima Jaafar Abdullah, perdió la vida cuando un dispositivo explotó en la casa
de sus padres en el pueblo de Saraain, según su familia y fuentes cercanas al
grupo.
El canal de noticias Alhadath, de
propiedad saudí, cita fuentes anónimas que afirman que altos dirigentes de
Hezbollah y sus asesores resultaron heridos. Además,varios miembros del
Hezbollah libanés fueron trasladados a hospitales en la capital siria,
Damasco, y sus alrededores.
Los dispositivos de comunicación de
Hezbollah que estallaron en todo Líbano y en Siria eran del último modelo,
introducidos por el grupo terrorista en los últimos meses, según informaron
a Reuters tres fuentes de seguridad.
Un periodista de Reuters vio
ambulancias corriendo por los suburbios del sur de la capital, Beirut, en un
contexto de pánico generalizado. Los residentes afirmaron que se estaban
produciendo explosiones incluso 30 minutos después de las detonaciones
iniciales.
El departamento gubernamental llamó
a todos los hospitales en las áreas afectadas a que activen el nivel de
"alerta máxima" y se preparen para lidiar con una "necesidad
urgente de servicios sanitarios de emergencia".
Por su parte, la Cruz Roja libanesa
anunció en su cuenta de X que sus ambulancias están respondiendo a una serie de
explosiones no especificadas en diversos puntos meridionales, del Valle de la
Bekaa y el Dahye, con sus centros capitalinos en "alta alerta".
También han movilizado otras 50
ambulancias y a unos 300 miembros de su personal médico de emergencia, que
están en espera para tomar parte en la evacuación, según explicó la
organización.
El incidente masivo se produjo
mientras el Gabinete de Ministros se encontraba reunido en Beirut, donde el
primer ministro, Najib Mikati, pidió la inmediata salida del titular de Salud
Pública, Firas Abiad, para lidiar con la situación, según un comunicado
gubernamental.